Recuerdo que hace muy poco tiempo, estábamos en vacaciones tomando mates en la playa de Monte Hermoso con familias amigas. Todos compartíamos el malestar por el comienzo de clases y lo que esto conllevaba. Ahora estamos en casa, con malestar, porque no sabemos qué hacer con nuestros hijos.
Durante muchos meses nos quejamos de la rutina, y ahora que no la tenemos, la extrañamos. Vivimos con el tiempo justo, y ahora que sobra, no sabemos qué hacer con él.
Lo cierto, es que si de antemano, antes de la cuarentena podía saber que….
… ese almuerzo en familia iba a ser el último del mes y que por varios días sólo íbamos a poder hablarnos por teléfono, habría dejado de mirar el celular y les hubiese dado tantos abrazos a mis abuelas.
… por varios días no íbamos a poder tomar mate juntos, estaría disfrutando como nunca de ese rato tirado en la quinta con mis primas y sobrinos.
… por un largo tiempo no iba a poder abrazarte, todavía te tendría en mis brazos, para ayudar a superar el momento que estabas viviendo.
… solo íbamos a poder mandarnos mensajes, hubiésemos brindado toda la noche con vos amigo, festejando que terminaste las quimios.
… esa era la última vez que nos juntábamos antes de una “cuarentena”, sin duda que no hubiésemos mirado el reloj para irnos a dormir.
Estamos siempre apurados, rodeado de distracciones, buscando cosas afuera que nos hagan feliz. Hoy, para muchos, buscar cosas afuera significa ir una vez al supermercado y volver al hogar a encontrarse con su soledad. Pero esto es negativo?, mi respuesta es, depende del enfoque con el que quieras observarlo.
Entre tanta vorágine de información, en estos días he leído artículos y frases maravillosas, es por eso que te invito a reflexionar sobre lo que realmente es importante para vos en la vida, en tu casa, en las relaciones, en el compartir, en tu SER. ¿Quién soy? ¿para qué? ¿para quién?
Algunos se preguntarán por qué escribo esto… No soy psicólogo, pero yo también me lo pregunté… y la respuesta es que, como consultor que soy, no puedo dejar de hacer un diagnóstico de la situación para luego poder actuar. Y saben que descubrí? Que existe un vector que atraviesa a todas las organizaciones: “la falta de tiempo para para frenar y pensar”. Es por ello que hoy veo y creo que es posible tomarnos unos minutos al día para esta actividad.
¿Parece difícil no? Lo será si siempre pensamos en el negocio, en nuestro trabajo, en quejarnos, en lo que hace el otro, en lo que no tenemos, en lo que no nos gusta. Llegó el momento del cambio, el MUNDO será otro, nosotros??
Te dejo algunas premisas:
- Aceptar que esto está ocurriendo. Nuestra actitud frente a esta situación va a estar determinada por el enfoque que le demos. ¿cómo es tu actitud ante esta situación?
- Todo ocurre por un motivo y razón y todo puede servirnos. Las personas exitosas, tienen la habilidad de rescatar resultados positivos en cada situación, ¿cuál sería el tuyo en este momento?
- Asumir la responsabilidad pase lo que pase. Somos parte de esta situación y tenemos que asumir el rol que nos toca, como papá, como empresario, como hijo, como trabajador, como marido, como esposa, como vecino. Lo importante es que siempre realicemos acciones que generen bienestar. ¿Qué se te ocurre?
- Respeto mutuo. Y qué tal si empezamos a respetar y honrar a nuestros médicos, policías, enfermeros, políticos. Estamos bajo un montón de órdenes, si las respetamos entre todos, más rápido pasará. Luego
¡¡Éxitos en la construcción de este nuevo futuro!!
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