Hace unos meses, me tocó participar de un panel de emprendedores organizado por la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca. Me llegó la invitación para contar algunas historias de emprendedores y plantear cuestiones estratégicas que, en el afán de emprender, muchas vecen no son tenidas en cuenta.
Cuando me tocó hablar por primera vez en el panel, una pregunta hizo eco en mi cabeza y se la trasladé a el público presente, «¿Alguien sabe la diferencia entre perseverancia y exitismo?» Todos quedaron mirándome… y con el correr de los segundos una mano muy tímida asomaba y respondía, «una es crear tu negocio lentamente, y la otra de manera rápida».
Si bien me gustó la respuesta, la idea que yo tenía era que salieran del enfoque emprendedor. Así que decidí hacerles otra pregunta (con todo el respeto a las personas a las que me refería): «¿Quién recuerda a los ganadores de gran hermano?, ¿quién se acuerda de las bandas de moda que sonaban hace 3 veranos? ¿cómo era el nombre de la famosa o el famoso qué…?»
¿Por qué decidí hacer estas preguntas? Les voy a contar. Pero antes, quiero compartir con ustedes el significado de las siguientes palabras:
Exitismo: Afán desmedido de éxito.
Éxito: Buena aceptación que tiene alguien o algo.
Perseverar: Mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión.
Durar permanentemente o por largo tiempo.
Conociendo las definiciones de dichas palabras, vamos al punto que les quiero plantear.
La minoría de los reality
Nos hemos acostumbrado a que en los distintos medios que consumimos nos muestren casos exitosos de personas que pareciera que de la noche a la mañana “la pegaron” con una idea, con un video, o que saltaron a la fama y lograron SER gracias a un «realitiy». Mi percepción es que esos casos son la minoría. Y que en su mayoría (valga el juego de palabras) no perseveran, no se mantienen.
Nuestra vida comenzamos a transitarla siendo acompañantes, nos subimos a un viaje y vamos sentados en el asiento de atrás, dejamos que nos lleven. En algún momento pasamos al asiento del acompañante y cuando creemos que estamos listos, con los conocimientos y herramientas, nos animamos a manejar.
Cada uno a su manera, a distintas edades, ante distintas situaciones, algunos con cuidado, otros “a fondo”, alguno choca y sigue, otro choca y se desanima, lo importante que el volante lo tenemos nosotros y somos nosotros quienes conducimos.
¿Es posible ir en auto desde Bahía Blanca a Bariloche y tardar dos horas?. Yo que soy un amante de la velocidad te digo que no. ¿A qué voy con esto?
Cuando preparamos un viaje realizamos previamente un montón de tares, armamos el bolso, cargamos el mate, verificamos los papeles del auto, analizamos por qué ruta ir, cargamos dinero y así una serie de actividades más antes de partir, luego ponemos en marcha y comenzamos.
Sabemos que podemos enfrentarnos a varios escenarios, puede llover, hacer calor, pincharse una rueda, pero vamos a aplicar todos nuestros conocimientos y herramientas para poder llegar a donde queremos.
Igual que en nuestra vida corriente
En nuestra vida pasa lo mismo, en nuestra profesión, en nuestros negocios, con nuestras ideas. Yendo de acompañante me tocó estar ante varias situaciones que muchas veces parecían frustrantes y creía que no iba a poder continuar, pero la perseverancia y las ganas de los que manejaban sumado al apoyo de los que acompañábamos, hizo que siempre llegáramos a destino, horas, días o meses más tarde.
Como conductor, a mis 34 años, me tocó volantear muchas veces, más de una vez fui más rápido de lo permitido, pinché goma, rompí motor, me quedé sin aceite y, en muchas ocasiones, sin combustible. Pero nuevamente la perseverancia, las ganas y todas las herramientas que cargué para mi viaje, hicieron que llegue a los distintos pueblos para estar cada vez más cerca de mi destino.
En todo viaje, una vez que llegas, luego buscas nuevos rumbos y está bien que así sea.
Además, en el mundo moderno, encontré la casualidad y causalidad de poder contar distintas aplicaciones GPS que me allanan el camino, me guían, indican qué calle está congestionada y en dónde hay radares, cuando tengo que ir despacio y cuando tengo vía libre para acelerar, obviamente la decisión de hacerlo es mía. Esos GPS son de gran ayuda en mi viaje y son “mis mentores”.
Esta analogía me permite también decir que es importante encontrar buenos compañeros o compañeras de viaje, que, aunque no sepan manejar, pueden cebar mates, cantar canciones cuando nos estamos durmiendo, alumbrar en la ruta si pinchamos una cubierta de noche, darnos un consejo y escucharnos.
A veces vamos a tener acompañantes que se bajan en el primer pueblo, otros que transitan con nosotros varios kilómetros y luego se bajan, y otros que llegan a destino.
En el camino de emprender, en el camino de nuestra profesión, en el camino familiar, en el camino de nuestros objetivos, muchas veces vamos a tener que volantear, elegir otra ruta, volver para atrás, empujar, cambiar de auto, pero lo que nos va a hacer llegar a destino es la perseverancia que, en sí es la protagonista de esta historia sin importar la duración del éxito.
¿Qué tienen en común las personas exitosas?
Conocí y conozco muchas personas exitosas, muchas personas que lograron triunfar en distintos ámbitos de la vida y en todas encontré que tenían algo en común, objetivos claros, autoconocimiento, el cual les permitió desarrollar sus fortalezas, escucha activa, confianza y valores incorporados como, bondad, empatía, amor, responsabilidad, humildad. Sin dudas que todas estas han atravesado muchas situaciones antes de llegar a destino, a algunos les ha resultado más fácil, otros tuvieron que transitar por distintos caminos, repensar, cambiar de estrategia, vivir cambios de ánimo, pero ninguno abandonó, todos siguieron, sobrellevaron las adversidades y tuvieron capacidad para PERSEVERAR.
Agradecé cada situación, cada metro, cada kilómetro de este viaje, aunque muchas veces haya tormenta y no te sientas a gusto, porque a cada paso que damos, estamos más cerca de llegar a destino.
Te invito a que siempre tengas presente la PERSEVERANCIA, y si te interesa, podés buscar distintas historias de vida de personas exitosas. En mi caso me atraen las de personas cercanas a las cual admiro porque han logrado el éxito profesional, familiar, empresarial, y además muchas veces analizo y observo la de distintos deportistas como, Michael Jordan, Luciana Aimar, Paula Pareto, Leo Messi, Agustín Canapino, entre otros. Estos son famosos, pero hay miles de casos más que no lo son.
Y vos, ¿tenés historias referentes? Si querés compartirme tu historia o comentario, podés hacerlo a fburgos@joliasconsultores.com.ar