Afrontaron una de las peores crisis del sector arriesgando y tomando decisiones estratégicas.
En la localidad de Ricardo Rojas, partido de Tigre, Revista Foda visitó una empresa moderna. Mitmaq es una empresa que supo atravesar los momentos más difíciles de nuestro país, e incluso las circunstancias más negativas para el sector de la importación.
Cuando todas las medidas políticas y económicas de la última década parecían poner límites y obstáculos a la competencia y al crecimiento empresarial, especialmente en el sector industrial que se fundamenta en los vínculos con empresas extranjeras, Mitmaq encontró soluciones estratégicas que le permitieron atravesar uno de los momentos más duros desde su fundación.
Investigamos y nos asesoramos legalmente para encontrar una salida que nos perjudicara lo menos posible, tratando por todos los medios de conservar las fuentes de trabajo
Las razones de ese éxito, en parte planificado y en parte obtenido gracias a la constante visión comercial, fueron muchas. En esta nota vamos a centrarnos en una de ellas, dejando para futuros artículos otros secretos a los que pudimos acceder en esta fructífera visita a sus instalaciones.
El que no arriesga, no gana
«En un momento, durante lo peor de la crisis, nos vimos obligados a reducir el personal», nos cuenta Pablo Grunwaldt, gerente comercial. Sin embargo, no despidieron a nadie. Hicieron una jugada más arriesgada, buscando una solución compatible con las necesidades de todos los integrantes de la organización.
«Investigamos y nos asesoramos legalmente para encontrar una salida que nos perjudicara lo menos posible, tratando por todos los medios de conservar las fuentes de trabajo», continúa Pablo.
La alternativa fue reducir las horas de trabajo de todo el plantel, reorganizando la semana de laboral de lunes a jueves. Y junto a esa decisión, lo más impactante para todos: reducir los salarios un 20%, medida que afectaba a toda la empresa, desde el nivel gerencial hasta el último operario incorporado.
El mejor resultado
Aquella arriesgada intuición llevada a al práctica en un momento coyuntural complejo, trajo consigo innumerables beneficios, algunos de los cuales se vieron en lo inmediato. Sin duda, el principal activo de una decisión así es la transformación de la cultura organizacional que avanza hacia un nivel superlativo en lo referente al sentido de pertenencia, haciendo posible alcanzar objetivos internos más fácilmente y permitiendo generar vínculos de confianza entre los distintos niveles jerárquicos.
El resultado está a la vista. Una empresa argentina que representa lo mejor de nosotros en las ferias internacionales y que da confianza a los inversores, en una industria muchas veces castigada que necesita permanentemente reinventarse y acomodarse a las circunstancias locales, regionales y globales.