Con la llegada del COVID19 a nuestras vidas, nos dimos cuenta de inmediato de algo que siempre supimos, pero que, por el ritmo de vida, no nos permitimos atender: ¿cuándo terminaremos el pasamanos del papel moneda?
Quienes atienden un comercio, la caja de una farmacia, de un banco o un supermercado, saben muy bien que al estar en contacto con los billetes seguramente va y viene “algún bicho”. Se sabe que son un foco de transmisión de enfermedades e infecciones, y que después de una jornada en contacto con ellos, uno debe higienizarse muy bien.
Las tarjetas de crédito, luego los medios de pago electrónico, y hasta los mas sofisticados dispositivos virtuales como el pago mediante un celular, un reloj o un implante personal, son alternativas que vinieron para evitar el traslado del dinero en efectivo, y obtener así una herramienta de financiación “portable”, brindar seguridad ante robos, pérdidas y otras contingencias sociales y financieras.
Aunque esto haya venido creciendo en los últimos tiempos, igualmente la manipulación de los billetes y monedas sigue vigente y no parece en lo inmediato que vaya a reemplazarse totalmente.
Los procesos inflacionarios, la emisión de billetes, el atesoramiento y la informalidad de la economía han puesto gran cantidad de papeles en circulación que implican traslado de sacos, transporte de caudales, grandes superficies de almacenamiento, bóvedas, seguridad y custodios.
Además, colas de personas mayores agrupadas para pasar por caja a retirar su pensión, y así podríamos seguir describiendo todo lo que se genera alrededor de un billete moneda, sin contar los artilugios que hacen aquellos para esconder o proteger su “capital” o los procesos de destrucción de billetes deteriorados.
El momento oportuno para pensar un cambio
Hoy estamos frente a una realidad distinta, una amenaza a la salud a partir del contacto entre personas y un momento ideal para reflexionar. Ahora sí empezamos a entender -o al menos es un buen momento para pensarlo- cómo vamos a abordar las transacciones, el intercambio comercial y el pago mediante medios electrónicos.
Los cambios de conductas de los clientes y usuarios van modificando estos hábitos y como siempre las generaciones más jóvenes van marcando la tendencia adoptando más rápidamente los nuevos métodos.
Las empresas también van adoptando métodos de pago más eficientes y prácticos, suprimiendo el manejo de grandes volúmenes de dinero por transferencias, débitos en cuenta, pagos no presentes, e incluso el remplazo de la emisión del Cheque papel por el E-cheq.
La tecnología es un factor clave en todo este proceso
Pagar una entrada al mundial de Rusia 2018 apoyando una pulsera en un lector, era toda una novedad para un hincha argentino. En 2019 ya no parecía extraño hacer una compra en Brasil con un brazalete y en la actualidad parece algo normal hacerlo en nuestro país. La tecnología Contactless aplicada a los medios electrónicos de pago trajo seguridad y rapidez.
En el contexto de la emergencia por el COVID-19, las empresas procesadoras de pago electrónico adoptaron en nuestro país la posición de acompañar las medidas impuestas, con el fin de contribuir al cuidado de la salud de los usuarios y empleados del sistema, por lo que NO se requiere la firma del cupón que emiten las terminales POS, validando con la sola exhibición del DNI.
Hoy, en este contexto de Aislamiento Social Preventivo, según el DNU 2020 297 los medios electrónicos de pago son declarados un Servicio Esencial para garantizar los pagos de Medicamentos, Alimentación, insumos, etc.
A los medios electrónicos de pago le podríamos atribuir beneficios como: eficiencia, transparencia, seguridad, rapidez y muchas características más que, sumado a nuevos conceptos como el teletrabajo, telepresencia, gestión remota, tele administración, etc, son considerados como el escenario presente y futuro para el funcionamiento de empresas y negocios.
Sin duda, entre los muchos aprendizajes que nos dejará al pasar esta cuarentena, tendremos que prestar atención al tema de los medios de pago. Es un buen momento para comenzar a implementar cambios y modernizar para el bien de todos.