En cierta oportunidad, compartiendo un exquisito almuerzo con miembros de mi familia política, donde la mesa se dividió naturalmente entre los jóvenes entusiastas y los adultos no tan entusiastas – pero sí algo más reflexivos -, en un determinado momento un tema en particular hizo que la conversación fuera compartida entre todos…(cosa que no es fácil de lograr en este tipo de reuniones donde cada uno habla desde su paradigma, sin escuchar al otro).
La conversación se centró en las oportunidades de conseguir trabajo en un mercado laboral competitivo y limitado por la oferta existente. No habrán pasado más de unos minutos hasta que uno de los jóvenes entusiastas, que no había finalizado sus estudios secundarios, pontificó la siguiente frase: “Te discriminan por no tener el secundario completo…”. En su caso, no había superado el tercer año de estudios.
Dicha frase la recordé por largo tiempo, ya que se asocia con otros tipos de frases que suelo escuchar en los ambientes laborales donde me desempeño como profesional.
Presunción de inocencia
La primera conclusión que puedo extraer de la frase en cuestión, como de otras que escucho con similar orientación, es que el hecho de no haber terminado los estudios secundarios no tenía nada que ver con quien la expresaba. La decisión de no haber terminado sus estudios no era de él. Y aclaro, quien la expresaba gozaba de buena salud y no tenía ningún impedimento para hacerlo.
Lo escuchado, en virtud de su repetición en otros ámbitos, me lleva a concluir que en esta sociedad argentina existe un amplio segmento de personas que “no desean ser adultos” más allá de su edad cronológica. Es decir “no se hacen cargo de sus actos”, condición primaria que distingue a un adulto de un niño. Estamos plagados de “explicaciones tranquilizantes” que nos hacen «presumir de nuestra inocencia» frente a la vida.
“Una explicación tranquilizante ayuda a quien explica a calmar su frustración por no ser capaz de alcanzar su meta, culpando a otros (o a las circunstancias) por la dificultad. Las explicaciones tranquilizantes dan «inmunidad“ a quien se expresa, pero le exigen que renuncie a su poder para modificar la situación” (F. Kofman, 2001).
La importancia del lenguaje
Como he
dicho en otras oportunidades el lenguaje no es inocente. Y las conversaciones
que tenemos “abren o cierran puertas” a nuestras posibilidades de acción y de
transformar situaciones. Por ello y en contraposición a las explicaciones
tranquilizantes, debemos desarrollar nuestra habilidad para mantener
conversaciones generativas. ¿Qué es un conversación generativa? Una conversación que ayuda a quien se expresa
a responder ante la situación que lo afecta en forma acorde con su interés y le
ofrece acciones que le permiten perseguir la meta que se propone.
Las conversaciones generativas suponen en quien habla tiene la capacidad para responder a lo que está sucediendo, sino con eficacia, al menos con integridad. Es muy posible que no siempre pueda alcanzar sus objetivos, pero lo que no es “delegable” en el afuera es actuar de acuerdo con sus valores.
Las personas que no son protagonistas de sus vidas siempre serán “víctimas” de las circunstancias. Es muy frecuente escuchar en los “managers”, dirigentes políticos, empresarios mensajes en los cuales se “victimizan” con frecuencia: los resultados que obtienen o dejan de alcanzar son siempre consecuencia de las medidas económicas, de la competencia o de la oposición.
Libros como “La disciplina de los líderes del mercado” y “Empresas que perduran” enfatizan la importancia del desempeño de los líderes para mantener una empresa activa y rentable en el largo plazo. Y no existe ninguna tarea o intervención directiva que no esté atravesada por una conversación. Por ello tengamos en cuenta que el qué y el cómo nos expresamos tiene un estrecha relación con lo que conseguimos.
Riccardo Riccardi, consultor italiano de larga trayectoria a nivel internacional, en nuestros encuentros, “malbec” de por medio, no dejaba de mencionar: “Quien no se percibe como parte del problema, es imposible que se pueda ver como parte de la solución”.